"El 80% del cine de ciencia ficción será una realidad dentro de un siglo"
Michio Kaku maneja los mandos del Planetario del City College como si fuera el Capitán Spock, al frente de la nave Enterprise.A sus 62 años, este físico especializado en la Teoría de Cuerdas se ha consumado como uno de los mayores divulgadores científicos del planeta, la vista puesta en ese futuro más o menos inminente que dibuja en 'Física de lo imposible' (Debate). Con los pies en la Tierra, Kaku asegura que la frontera entre la ciencia y la ficción es cada vez más difusa y asegura que «el destino natural del hombre está en las estrellas».
Pregunta.- Viajes en el tiempo, teletransporte, invisibilidad, universos paralelos.... ¿Cuánto hay de ciencia y cuanto de ficción en el futuro que usted dibuja?
Respuesta.- Cuando escribí Física de lo imposible, vi muchas películas de ciencia ficción con una premisa de fondo: ¿cuántas de estas cosas serán finalmente posibles? Mi conclusión es que el 80% de todo lo que vemos en el cine será realidad en un siglo.
P.- Empecemos por lo que usted llama «imposibilidades» de primera clase. ¿Para cuándo los trenes de levitación magnética y los coches «flotantes»?
R.- Los trenes magnéticos ya existen a nivel experimental en Inglaterra, Japón y China. Avanzan sin fricción y flotan literalmente en el aire. Lo que impide su comercialización es el coste, pero se trata de una de las «imposibilidades» que caerán en cuestión de años. Los coches «flotantes», que funcionarían básicamente como helicópteros, plantean más dificultades técnicas y son mucho más difíciles de rentabilizar. Los jet packs o «cohetes mochila» también son una realidad, pero apenas hemos sido capaces de volar por más de 30 segundos. Aquí el problema es el combustible, aunque posiblemente quedará resuelto en el futuro con las nanobaterías.
Entrevista
P.- ¿Cuándo pondrá el hombre el pie en Marte?
R.- Creo que será posible entre el 2030 y el 2040, pero con la tecnología actual, la que están utilizando para la nave Orión con la que se pretende volver a la Luna, nos resultaría carísimo.Para mandar una nave tripulada (y poder volver) nos va a hacer falta otro tipo de combustible. La Universidad de Princeton está experimentando con el plasma o gas ionizado: ésa puede ser la solución para explorar el Sistema Solar.
P.- ¿Para cuándo las naves que funcionan con antimateria como en Star Trek?
R.- Esa es una «imposibilidad» más lejana por el eterno problema: el coste. Aunque tendremos lo más parecido a una nave estelar antes de un siglo. De momento, la antimateria alimenta escenarios como el que veremos en Angeles y Demonios, con Tom Hanks, en el que un grupo de alucinados pretenden hacer saltar por los aires el Vaticano con una bomba de antimateria. La ficción va siempre por delante.
P.- ¿Llegará pronto el cyborg o el hombre-máquina?
R.- También hemos tenido grandes avances en este terreno. El más fascinante es tal vez el Brain Gate de John Donoghue, un neurocientífico de la Universidad de Brown. Consiste en un microchip que se implanta sobre la parte del cerebro que regula la actividad motora. Las señales son procesadas por un ordenador que puede traducirlas en movimientos mecánicos. Es un avance fabuloso en el interfaz mente-máquina. Piense en las aplicaciones que puede tener en parapléjicos.
P.- Usted vaticina que la invisibilidad y el teletransporte están también a la vuelta de la esquina...
R.- La capa de invisibilidad ya existe y ha sido probada por científicos británicos y norteamericanos, que han hecho desaparecer un objeto desviando las microondas a su alrededor. El teletransporte también es una realidad: podemos tomar un átomo y hacerlo mover de extremo a extremo de una habitación. El siguiente paso será teletransportar moléculas, o incluso un gen. Una célula es mucho más difícil, y no digamos un ser humano, teniendo en cuenta que estamos compuestos por 50 billones de células. Tendríamos que morir antes y ser reformados, como el capitán Kirk en Star Trek...
P.- ¿Dónde está el límite entre la ciencia y la ficción?
R.- La frontera es a veces muy difusa, y siempre hemos tenido visionarios como Julio Verne, que con la ayuda de los científicos vislumbró París en el siglo XX. El fax, los rascacielos de cristal, los coches de gasolina... Verne escribió sobre todos esto cuando se veía como algo «imposible», y sin embargo aquí estamos.
P.- ¿Usted se siente más cerca de Einstein o de Flash Gordon?
R.- En mis tebeos de Flash Gordon vi las primeras pantallas de televisión mucho antes de que fueran realidad... Einstein fue mi otro héroe de la niñez: me fascinó el hecho de que al morir dejara inacabada su Teoría del Todo. Ese ha sido mi empeño como científico.
P.- ¿Cómo compagina usted su labor de investigador y la de divulgador científico?
R.- Me apasiona la física, y me apasiona poder contarla. Antes, al científico que intentaba explicar las cosas al común de los mortales se le miraba despectivamente. Todo eso cambió gracias a Stephen Hawking y su Historia del tiempo.
P.- ¿Qué le parece que un premio Nobel de Física, Steven Chu, lleve las riendas de la Energía en EEUU?
R.- La apuesta de Obama por la ciencia es totalmente lógica.Al fin y al cabo, la ciencia siempre ha sido el motor del progreso y de la riqueza. El problema es que la riqueza nos vuelve avariciosos, y periódicamente caemos en crisis como ésta. Obama ha puesto también el dedo en la llaga del cambio climático: no podemos seguir echando CO2 a la atmósfera; hay que virar urgentemente hacia energías limpias.
P.- ¿Cuál será la energía del futuro?
R.- Nos esperan años de caos total, pero en una década se consumará la transición hacia las energías renovables. La fisión nuclear ha resultado ser una alternativa muy peligrosa: no podemos permitirnos el lujo de pasar a las próximas generaciones desechos altamente radiactivos durante millones de años. El futuro será de la energía solar combinada con el hidrógeno, aunque en 30 años o así se hará realidad la fusión, que al fin y al cabo es la energía de las estrellas.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/03/ciencia/1241339302.html
Michio Kaku maneja los mandos del Planetario del City College como si fuera el Capitán Spock, al frente de la nave Enterprise.A sus 62 años, este físico especializado en la Teoría de Cuerdas se ha consumado como uno de los mayores divulgadores científicos del planeta, la vista puesta en ese futuro más o menos inminente que dibuja en 'Física de lo imposible' (Debate). Con los pies en la Tierra, Kaku asegura que la frontera entre la ciencia y la ficción es cada vez más difusa y asegura que «el destino natural del hombre está en las estrellas».
Pregunta.- Viajes en el tiempo, teletransporte, invisibilidad, universos paralelos.... ¿Cuánto hay de ciencia y cuanto de ficción en el futuro que usted dibuja?
Respuesta.- Cuando escribí Física de lo imposible, vi muchas películas de ciencia ficción con una premisa de fondo: ¿cuántas de estas cosas serán finalmente posibles? Mi conclusión es que el 80% de todo lo que vemos en el cine será realidad en un siglo.
P.- Empecemos por lo que usted llama «imposibilidades» de primera clase. ¿Para cuándo los trenes de levitación magnética y los coches «flotantes»?
R.- Los trenes magnéticos ya existen a nivel experimental en Inglaterra, Japón y China. Avanzan sin fricción y flotan literalmente en el aire. Lo que impide su comercialización es el coste, pero se trata de una de las «imposibilidades» que caerán en cuestión de años. Los coches «flotantes», que funcionarían básicamente como helicópteros, plantean más dificultades técnicas y son mucho más difíciles de rentabilizar. Los jet packs o «cohetes mochila» también son una realidad, pero apenas hemos sido capaces de volar por más de 30 segundos. Aquí el problema es el combustible, aunque posiblemente quedará resuelto en el futuro con las nanobaterías.
Entrevista
P.- ¿Cuándo pondrá el hombre el pie en Marte?
R.- Creo que será posible entre el 2030 y el 2040, pero con la tecnología actual, la que están utilizando para la nave Orión con la que se pretende volver a la Luna, nos resultaría carísimo.Para mandar una nave tripulada (y poder volver) nos va a hacer falta otro tipo de combustible. La Universidad de Princeton está experimentando con el plasma o gas ionizado: ésa puede ser la solución para explorar el Sistema Solar.
P.- ¿Para cuándo las naves que funcionan con antimateria como en Star Trek?
R.- Esa es una «imposibilidad» más lejana por el eterno problema: el coste. Aunque tendremos lo más parecido a una nave estelar antes de un siglo. De momento, la antimateria alimenta escenarios como el que veremos en Angeles y Demonios, con Tom Hanks, en el que un grupo de alucinados pretenden hacer saltar por los aires el Vaticano con una bomba de antimateria. La ficción va siempre por delante.
P.- ¿Llegará pronto el cyborg o el hombre-máquina?
R.- También hemos tenido grandes avances en este terreno. El más fascinante es tal vez el Brain Gate de John Donoghue, un neurocientífico de la Universidad de Brown. Consiste en un microchip que se implanta sobre la parte del cerebro que regula la actividad motora. Las señales son procesadas por un ordenador que puede traducirlas en movimientos mecánicos. Es un avance fabuloso en el interfaz mente-máquina. Piense en las aplicaciones que puede tener en parapléjicos.
P.- Usted vaticina que la invisibilidad y el teletransporte están también a la vuelta de la esquina...
R.- La capa de invisibilidad ya existe y ha sido probada por científicos británicos y norteamericanos, que han hecho desaparecer un objeto desviando las microondas a su alrededor. El teletransporte también es una realidad: podemos tomar un átomo y hacerlo mover de extremo a extremo de una habitación. El siguiente paso será teletransportar moléculas, o incluso un gen. Una célula es mucho más difícil, y no digamos un ser humano, teniendo en cuenta que estamos compuestos por 50 billones de células. Tendríamos que morir antes y ser reformados, como el capitán Kirk en Star Trek...
P.- ¿Dónde está el límite entre la ciencia y la ficción?
R.- La frontera es a veces muy difusa, y siempre hemos tenido visionarios como Julio Verne, que con la ayuda de los científicos vislumbró París en el siglo XX. El fax, los rascacielos de cristal, los coches de gasolina... Verne escribió sobre todos esto cuando se veía como algo «imposible», y sin embargo aquí estamos.
P.- ¿Usted se siente más cerca de Einstein o de Flash Gordon?
R.- En mis tebeos de Flash Gordon vi las primeras pantallas de televisión mucho antes de que fueran realidad... Einstein fue mi otro héroe de la niñez: me fascinó el hecho de que al morir dejara inacabada su Teoría del Todo. Ese ha sido mi empeño como científico.
P.- ¿Cómo compagina usted su labor de investigador y la de divulgador científico?
R.- Me apasiona la física, y me apasiona poder contarla. Antes, al científico que intentaba explicar las cosas al común de los mortales se le miraba despectivamente. Todo eso cambió gracias a Stephen Hawking y su Historia del tiempo.
P.- ¿Qué le parece que un premio Nobel de Física, Steven Chu, lleve las riendas de la Energía en EEUU?
R.- La apuesta de Obama por la ciencia es totalmente lógica.Al fin y al cabo, la ciencia siempre ha sido el motor del progreso y de la riqueza. El problema es que la riqueza nos vuelve avariciosos, y periódicamente caemos en crisis como ésta. Obama ha puesto también el dedo en la llaga del cambio climático: no podemos seguir echando CO2 a la atmósfera; hay que virar urgentemente hacia energías limpias.
P.- ¿Cuál será la energía del futuro?
R.- Nos esperan años de caos total, pero en una década se consumará la transición hacia las energías renovables. La fisión nuclear ha resultado ser una alternativa muy peligrosa: no podemos permitirnos el lujo de pasar a las próximas generaciones desechos altamente radiactivos durante millones de años. El futuro será de la energía solar combinada con el hidrógeno, aunque en 30 años o así se hará realidad la fusión, que al fin y al cabo es la energía de las estrellas.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/03/ciencia/1241339302.html
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